Art: Michal Dziekan
El infierno no son aquellos otros que siempre se quedaron lejos de mi calor: el infierno soy yo. Mi nombre es el desierto donde vivo. Mi destierro, el que me procuré. No me he reconocido en este mundo inhóspito, tan ancho y tan ajeno. Supe que mi equipaje, demasiado indeciso, pronto me delataba: este mundo tampoco se reconoce en mí. Yo siempre estuve fuera, en otra parte siempre. Soy un extraño aquí. Sólo tengo una fuerza, sólo un secreto acaso: esta voz que me escribe, el doble que me habita en el silencio, este otro, mi infierno, el vértigo que al despertar me empuja a una huida sin fin. Estos son sólo pasos de un peregrino errante. Los caminos que no me pertenecen, las palabras prestadas que los días dejaron en mi oído.
Ángeles Mora
0 comentarios